Mapuche

El pueblo mapuche es uno de los pueblo originarios más notorios del país, tanto por su peso social y demográfico como por su fuerte sentido de identidad cultural, que ha encontrado históricamente formas de resistencia y de adaptación a la dinámica del contacto fronterizo con españoles y chilenos.

Asentados históricamente entre los ríos Itata y Toltén, en la zona centro-sur del país, y emparentados lingüísticamente con sus vecinos picunches y huilliches, los mapuches presentaron una encarnizada resistencia a la dominación española durante todo el siglo XVI, hasta el punto de expulsar definitivamente a los castellanos de su territorio, luego de la gran rebelión que duró desde 1598 a 1602. La Guerra de Arauco se prolongó toda la primera mitad del siglo XVII, decayendo luego de la última gran rebelión mapuche de 1656, fecha desde la cual las relaciones fronterizas se distendieron y se produjeron importantes transformaciones sociales en la familia mapuche, fruto de su expansión a las pampas argentinas y la intensificación del comercio entre éstos y los criollos. Los mapuches debieron resistir durante todo el siglo XIX la intensa presión de las nuevas repúblicas de Chile y Argentina, que a través de respectivas campañas militares ocuparon la región. La integración de la Araucanía al territorio chileno en 1882, provocó el derrumbe de toda una sociedad que había encontrado la manera de adaptarse a siglos de lucha y contacto fronterizo. Los mapuches fueron confinados en territorios delimitados por el Estado, cerrándose el tránsito entre Chile y las pampas argentinas y obligándolos de esta manera a convertirse en un pueblo campesino y a habitar tierras de mala calidad entre la zona costera y la precordillera andina. La conformación de grandes latifundios a partir del remate de llamadas «tierras baldías», por parte del Estado, agravó la situación, creando una estructura agraria fuertemente desigual, a la vez que se sumaron, durante la primera mitad del siglo XX, las exacciones y estafas a comunidades mapuches, que vieron mermadas gran parte de sus tierras. El crecimiento demográfico y la contracción de las tierras comunales, dio inicio a una intensa corriente de migración campo-ciudad, lo que ha llevado a que hoy más de la mitad de los mapuches chilenos vivan en las ciudades.

Las joyas en plata pasaron a formar parte del atuendo típico de la mujer mapuche y un elemento importante de la dote matrimonial, así como las cintas para la cabellera en cuero o tejidos con remaches en plata. Los tejidos también son parte fundamental de la representación de la identidad mapuche.
La figura de la Machi es la entidad religiosa, consejera y protectora del pueblo mapuche. Es la encargada de dirigir los ceremoniales de curación de su pueblo, llamados “machitún”. En el caso de que las
autoridades tradicionales, como el ngenpin, no se encarguen del nguillatún, ceremonia mediante la cual la comunidad se comunica con el mundo espiritual, la machi también puede presidirlo.
En cada comunidad, la Machi tiene la función de actuar como una especie de consejero del Lonco, ya que actúa como el oráculo de su comunidad, y por ello, antiguamente, también actuaba como consejero en la paz o en la guerra

Realizada en Porcelana Limoges  y pintada con china paints.    Ojos realizados sobre base de porcelana. Peluca en alpaca suri, negro y gris natural, fijada a través de imanes.  Blusa de algodón, chamal de lana negra.  Sandalias de cuero, pañuelo de seda.Joyería realizada en plata: trarilonko (cintillo), trapelauche (pectoral), chawai (aros) y akucha (punzón/prendedor)